viernes, 23 de octubre de 2009

cambio demente

se conocían de toda la vida. él tenía la capacidad de intercambiar su mente con la de otras personas, de manera que podía vivir otras vidas mientras que los otros vivían la suya. el intercambio tenía la particularidad de que, una vez en el nuevo cuerpo, se absorbían inmediatamente los conocimientos y experiencias del anfitrión, lo que hacía más fácil el vivir la otra vida. a la vuelta, la mayoría de estos recuerdos se olvidaban pero no así la experiencia vivida.

ella llevaba una vida que a él le intrigaba y le asustaba a partes iguales. más de una vez se le había pasado por la cabeza proponerle un intercambio -ella sabía de su habilidad- pero, al final, siempre ganaba el miedo y desistía siquiera de sacar el tema. hasta que una noche, por fin, él se decidió y ella aceptó, también con curiosidad y miedo.

entonces, una vez superado el aturdimiento del proceso, se conocieron...


[inauguro aquí una nueva sección de cuentos o delirios o como quieran llamarse. tengo más de uno en la cabeza, pero no sé con qué frecuencia los iré escribiendo porque la mayoría se me ocurren en la ducha, donde me parecen geniales, y luego van perdiendo fuelle. en cualquier caso, espero que os gusten]

;-)



4 comentarios:

Marta dijo...

¡¡Y con estilo propio!!
Sin mayúsculas después de punto, ¿por alguna razón en especial?
Ya lo sé: pereza.

No nos vas a dejar sin delirio febril cuando dejes de tener fiebre, ¿verdad?

Herr Spock dijo...

¡Vaya!, está bien la historia. ¡Quiero la continuación! ¿Se podrá elegir el final?

ale dijo...

Marta: lo de las no-mayúsculas más que pereza es como una firma, una marca de la casa. sólo las uso en nombres propios.

Herr Spock: esto no son las historias de Larsis y no hay continuación; los relatos breves son así :P

Darkhorse1974 dijo...

Oye!!! pues esta bien, me ha gustado.

Un saludo